Vamos a ver qué hay detrás del desarrollo de una aplicación móvil y lo que "cuesta", ¿Hablamos de dinero o de esfuerzo?
Saber cuánto cuesta desarrollar una app móvil es una información vital para las empresas que apuestan por la movilidad, sin embargo, a la hora de cotizar una inversión de este tipo existen tantos factores a considerar que resulta muy difícil estimar un precio estándar y/o ajustado.
Por esta razón, cada día más, los formularios de solicitud de presupuestos online para Apps son más específicos o en su defecto, las reuniones previas al desarrollo de una App son más necesarias que nunca. Por otro lado, dependiendo de las necesidades del cliente, se puede requerir de un proyecto a medida o de desarrollos más estandarizados que son resultado de productos ya paquetizados que generan aplicaciones y que también compiten en el mercado mobile.
Muchas personas o entidades creen tener una idea brillante, pero no siempre tienen tan claras las necesidades y objetivos a cubrir y el trabajo que hay detrás de un desarrollo móvil. En esta concepción de que todo parece «fácil», han influido las Apps gratuitas que desde los inicios cambiaron nuestros hábitos de comunicación y consulta de la información como puede ser WhatsApp, el uso de todos los servicios de Google o las aplicaciones de redes sociales.
Para saber cuánto cuesta crear una App es fundamental definir el proyecto al máximo: sobre qué plataformas se va a desarrollar, si va a ser un desarrollo nativo o híbrido dependiendo de los requerimientos del cliente, la gestión de datos (desarrollo de los sistemas que proveen de información a la app, esto es: Server, API, backend, etc.), las funcionalidades que va a tener, el contenido y el diseño. Es necesario saber con exactitud el objetivo del proyecto y las necesidades o servicios que debe cumplir.
Elementos a valorar en el desarrollo de un APP
Vamos a ver, por tanto, cuáles son los elementos principales que afectan notablemente al precio final de un desarrollo mobile:
Necesidad de definición y requerimientos del proyecto
Dependiendo del nivel de definición y complejidad del proyecto a abordar, en ocasiones es necesario invertir más tiempo y recursos en esta fase. Si no se conocen los detalles e implicaciones, es imposible presupuestarlo.
Plataformas
Dependiendo del tipo de proyecto, se requiere la APP en una o varias plataformas. Normalmente, en aplicaciones de uso privado para empresas, suele bastar con una única plataforma en la cual trabaja la compañía. En cambio, cuando es una APP dirigida a gran consumo (usuarios en general), suelen necesitarse las versiones en Android e iOS.
Tecnología a desarrollar
Según el objetivo del proyecto y las funcionalidades que requiera, se tomará la decisión de cuál es la mejor tecnología a emplear para garantizar la calidad y la estabilidad de todas las funcionalidades. En un desarrollo a medida nos planteamos el empleo de tecnología nativa o tecnología híbrida.
Diseño y UI/UX
Antes de empezar cualquier desarrollo debemos conocer la imagen corporativa de la entidad o proyecto en cuestión, el target al que va dirigido, para adaptarnos a su nivel de interacción y uso mobile y diseñar el flujo de información e hitos clave del proyecto para obtener un proyecto fácilmente usable que cumpla con los objetivos marcados.
Accesibilidad
Apostar por querer llegar a todos los usuarios posbiles de manera inclusiva dentro de un segmento de mercado, nos lleva a diseñar y desarrollar la aplicación cumpliendo los requisitos de accesibilidad para productos y servicios TIC.
Login
Los requerimientos de logueo o alta y acceso a la App pueden ser variados según los datos que se recojan y el control que se quiera sobre los mismos. Por otro lado, pueden existir requisitos como la implementación de login social o la correcta gestión y/o integración de la BBDD de usuarios a través de Single Sign On, siendo éste el tesoro de cualquier organización.
Funcionalidades específicas
Las distintas funcionalidades pueden ir desde lo más sencillo como puede ser mostrar contenidos de información estándar hasta integración de distintos servicios de terceros. Actualmente hay funcionalidades cada vez más comunes como compras, favoritos, compartir información, solicitud de servicios, consulta de “objetos” en tiempo real, reporte de incidencias, recargas de tarjetas, gestión de notificaciones push… las funcionalidades pueden ser muy variadas dependiendo del objetivo del proyecto: ventas de producto o servicio, obtener datos de usuarios, información ciudadana, sustituir funciones de canales físicos por canales digitales.
Si tienes cualquier consulta o necesidad, escríbenos y te ayudaremos.
Integración con terceros
Todas estas funcionalidades pueden ir ligadas a elementos externos y ser dependientes o estar conectadas a otros servicios o dispositivos que no dependen de quien desarrolla la solución. Es a este tipo de funcionalidades lo que llamamos “integración” a través de APIs de terceros. Lo contamos con distintos ejemplos para explicarlo de manera más tangible:
- Ej. 1. Si deseamos que los datos recabados desde nuestra APP vayan directamente a nuestro CRM, tendremos que “integrar” la BBDD generada en el CRM específico del cliente.
- Ej. 2. Si deseamos recargar una tarjeta a través de una APP tendremos que “integrarnos” con el NFC del teléfono y preparar la APP para que se “hable” con otros componentes externos.
- Ej. 3. Si queremos que un empleado a través de la APP que usa para trabajar pueda imprimir tickets, tendremos que “integrarnos” con la impresora portátil que lleva consigo para poder finalizar el proceso de trabajo.
BackEnd/CMS o panel de gestión
Por no abrir tantos conceptos de golpe, vamos a agrupar varios conceptos en uno. Aquí está todo lo que “el usuario no ve”. Cuando nos descargamos una APP y empezamos a hacer “cosas” y pensamos “qué lista es esta app”, tenemos que plantearnos dónde están esas gestiones que se realizan, dónde queda la lógica, los cálculos, cómo se gestionan los textos, las imágenes, etc. Ahí se encuentra todo lo que es transparente para el usuario pero que es lo que hace que la aplicación se nutra de información o simplemente que funcione.
Servidores
¡Toda esa información de la que hablamos tiene que estar en algún sitio! Aquí es donde nos topamos con la famosa nube (sin olvidarnos de los que tienen máquinas en propiedad) que sin darnos cuenta empleamos a diario en nuestras gestiones personales y de trabajo desde el móvil o desde el ordenador.
Ajustes
Una vez que parece que todo está listo, se valida internamente, se realizan los ajustes necesarios para una correcta visualización y funcionamiento para los sistemas operativos y teléfonos, se envía al cliente, se valida y en ese momento, por fin, llegan los preparativos para el momento culmen.
Publicación de la App
Cada proyecto se sube a las tiendas oficiales, Apple Store y Google Play, con sus gestiones administrativas correspondientes. Se completan la ficha de producto cumpliendo con los elementos ASO on metadata (todos los que podemos controlar), que será la puerta de bienvenida al usuario y las imágenes y textos correspondientes. Y si a las personas que revisan las aplicaciones en Android e iOS les parece todo correcto ¡Nueva app en el mercado!
Mantenimiento
Y como todo en esta vida, las cosas hay que cuidarlas porque siempre se puede avanzar. Descubrimos a través de las analíticas que se pueden realizar cambios de navegación, surge una nueva funcionalidad, salen nuevas versiones de los sistemas operativos, o se plantean campañas para impulsar el app.
¿Quieres saber cuánto cuesta crear una app?
¡Nos sentamos y te lo contamos! Pero lo que sí cuesta, es esfuerzo, y como todo, tiene un valor.
Aun así, por si sirve de ayuda y no es exacta ni sabemos si tiene en cuenta todos los componentes, el antiguo equipo de Ooomf actualmente Dribbble talent, por ejemplo, presentó hace tiempo esta práctica herramienta online «How Much to Make an App»How Much to Make an App» para que cualquier usuario pueda calcular el coste de su app con unos sencillos clicks, seleccionando el tipo de app, interface, implementaciones, etc. Estamos hablando de dólares americanos y de un país-escenario en el que el cliente está dispuesto a pagar lo que vale un proyecto.